Para que esta situación se resuelva de la forma más apropiada es preciso ayudar a unos y otros a adaptarse a la guardería de la mejor manera posible, en un proceso conocido con el nombre de periodo de adaptación. Si pincháis aquí, en este enlace encontraréis más información.
En nuestro centro hemos diseñado muy cuidadosamente este
periodo, en el que incluimos tanto actividades previas al día de comienzo como
las que se realizarán después.
Las actividades anteriores al comienzo son estas:
- Visitar el Centro. Es una primera toma de contacto, que se
realizó en julio. Nos visitaron los
padres y los peques, para recibir información, conocer los espacios en los que se desenvolverán, a las educadoras y a los
niños con los que serán compañeros. Los peques jugaron un buen rato, y, al
final, no se querían marchar.
- Grabar un vídeo. En los últimos días del curso pasado, nos grabamos
las educadoras y los peques cantando y bailando una canción muy alegre, que
habla de la guardería y la envíamos por
Washap a las familias. El objetivo es
que los niños que pasan de aula no se
olviden de la guarde durante el verano, y, que los peques que empiezan curso
comiencen a familiarizarse con sus nuevos amiguitos y sus educadoras. También
que perciban el centro como un lugar alegre y agradable. Más adelante, en los
primeros días del periodo de adaptación, volveremos a cantar y bailar esta misma canción,
disfrutando de la alegría de estar todos juntos.
- Reunirnos una tarde las familias y los niños. Es
lo que hemos hecho hoy. Además, los adultos nos hemos saludado efusívamente, con un par de besos, como si fuéramos amig@s de toda
la vida. Se trata de que el niño nos perciba como personas de confianza de sus
padres, así es más fácil que ellos confíen en nosotras y nos acepten como
figura de apego secundario. La verdad es que fue una tarde estupenda, en el
parque de Llanos. Los adultos conversamos, los peques jugaron entre ellos
(algunos ya empezaron a marcar territorio), y yo me tomé un montón de cafés y
cocacolas que me iban preparando los peques en una cafetería imaginaria (juego
simbólico). Y que conste que me los cobraban. Lástima que no se nos ocurrió
hacer unas fotos.
- Pediros fotos de la familia. Una vez pasadas a papel, se
colocarán en el mural de la familia. Las utilizaremos sobre todo los primeros
días. Se trata de teneros cerca, para su autoconsuelo, cuando comenzeis a salir
y dejarlos solos a ratos..
Veamos ahora cómo serán los primeros días:
En contra de años anteriores, este año comenzaremos a última
hora de la mañana, a partir de las doce y media. La razón es que los niños aún
están acostumbrados al horario de sueño de verano, acostarse tarde y levantarse
tarde. De esta forma, seguirán disfrutando un poco más de las horas de sueño matinales,
y mientras, se van adaptando gradualmente
al nuevo horario. Aunque lo ideal es que hayan empezado con el cambio de
horario unas semanas antes, entiendo que estamos de vacaciones y nos dé un poco
de pereza.
Otro cambio es
permanecer en el patio, en lugar del aula. Así, no tendrán sensación de encierro, sino de que están en un parque diferente. Esto también
nos permitirá disponer de más espacio
para realizar juegos todos juntos, educadoras, papás y niños. Volveremos a
jugar al osito dormilón y a “lobo que estás haciendo”. Y por supuesto
bailaremos y cantaremos “Me gusta la guardería”. Así que ya sabéis, id
ensayando los pasos de baile.
Los primeros días no les pondremos el baby, ni nosotras vestiremos los nuestros.
Y ahora os detallo el horario:
Martes, día 1. De 12:30
a 13:30. Estaremos en el patio. No hace falta que vengáis cargadas con todo
el material. Traed la botellita del agua, pañal y
toallitas y el chupete (si lo usan). Estos primeros días, si se hace necesario,
aún les cambiareis el pañal vosotras. A ellos no les gusta que “les hurgen” personas en
las que aún tienen poca confianza. Y ya lo sabéis, jugaremos todos juntos, les encanta.
Es bueno que cada día le ayudéis a contarle a papá, o la
abuela, o quien sea, las cosas que hizo y que vio por la mañana en el centro,
el nombre de sus nuevos amiguitos, sus educadoras y cuanto se os ocurra.
Miercoles, día 2. De 12 a 13:30. Este día, si es posible, empezareis a quedaros al margen de sus juegos.
Simplemente estaréis ahí, como su base segura, mirándoles y animándoles, y
acudiendo si les veis en caso de apuro. Si os reclaman, de vez en cuando accedéis
a sus peticiones, pero intentad manteneros al margen la mayor parte del tiempo. Se trata de que exploren y
jueguen alejándose cada vez más de vosotras, confiando en sus propias
posibilidades, tomando posesión del espacio y los materiales, teniendo en cuenta
a sus compañeros.
Jueves, día 3. De
11:30 a 13:30. La novedad es que os mandaremos salir de forma escalonada,
pero solo cinco minutos.
La forma de hacerlo es decirle al niño que vais a comprar
pan, o lo que se os ocurra, pero no podéis ausentaros sin decírselo. “Me voy a
comprar pan, tesoro, pero vuelvo muy
rápido. Te vas a quedar con Lucía, (o con Vanesa) hasta que yo regrese”. Le dais un besito, os dais media vuelta y os marcháis, aunque él os
reclame. Así, le estaréis explicando que os vais, le comunicáis que durante un
rato no estaréis y que luego vais a
volver. Vuestro peque, es posible que se
quede llorando, porque él se quiere ir con vosotras al lugar que sea, pero no
pudiendo ser, al menos tiene la información. De lo
contrario, si os vais sin despediros, ellos tendrán sensación de abandono por
parte de la persona que más quieren, su mami, y en jornadas sucesivas se
mostrarán desconfiados y se aferrarán a vosotras porque saben por experiencia
que es posible que desaparezcáis en
cualquier momento.
Nosotras, Vane o yo, le dedicaremos nuestra atención en ese momento, para que sienta que hay una figura de
referencia (ver aquí "El periodo de adaptación y la educadora") que le va a cuidar ese ratito en que estáis
separados y una base segura a la que acudir si siente cualquier tipo de amenaza (un tropezón con otro niño, un juguete que le quitan, una caída, etc.), y para calmarlo si llora o entonarlo si se muestra muy enfadado. A estas
alturas ya no somos personas desconocidas para ellos, y es más fácil que nos acepten. Es importante que tengan el
chupete habitual (más tarde ya traeréis uno para la guarde, pero estos días
tiene que ser el de casa) y un objeto de transición, que suele ser su mantita o
su muñeco preferido en casa, para abrazarse a él.
También observaremos las reacciones del niño y eso nos ayudará a decidir las actuaciones en
los días siguientes.
Al volver con ellos tenéis que traer en la mano el pan o
aquello que supuestamente vais a comprar y enseñárselo, se trata de dar
veracidad a vuestra ausencia y de que el peque comprenda que, aunque os separéis
un momento es por alguna razón, pero siempre vais a volver.
Viernes, día 4. De
11:30 a 13:30 Dependiendo de las observaciones realizadas el día anterior,
este día ampliaremos o no la duración de la separación. Aquí es donde empieza la auténtica personalización
para cada niño, según sus
características y sus reacciones. Es posible que la mamá de alguno ya pueda
ausentarse diez minutos y la de otros siga con los cinco. Hay que ser comprensivos
y respetuosos con las emociones y los tiempos de cada uno. Lo que decimos siempre, “cada niño es un mundo”.
Es posible también, que estos días, durante la tarde, quieran
estar con vosotras más tiempo de lo
habitual o pidan mayor contacto físico, más abrazos, más besos. Realmente, lo que quieren son demostraciones
de que le seguís queriendo aunque a veces le dejéis con otras personas. Jugad con
ellos y abrazadles cuanto quieran.
Lunes, día 7. De
11:30 a 13:30. Mantenemos el
horario. Es frecuente que después de
un fin de semana este día les cueste más la entrada, o que simplemente, alguno no
quiera venir. Es normal, han pasado dos días en casa, con papá y con mamá, con las personas
que más le quieren y mejor le comprenden, y con las que se siente más seguro. Si
es posible, tratarán de que se repita también el lunes. Yo desde luego, lo
haría. Y, reconocedlo, vosotros, si pudierais, también.
Seguiremos pidiendo que os ausentéis el tiempo que nosotras estimemos
oportuno. A la hora de la salida ya empezarán a realizar alguna de las rutinas habituales,
como lavarse las manos con nuestra ayuda y hacer el trenecito para
desplazarnos.
Para los peques del año pasado, este día alcanzarán la jornada completa si ya lo
necesitáis, incluido el servicio de comedor.
Martes, día 8. De 11
a 13:15. Lo mismo, pasáis al aula con ellos y ya os mandaremos salir a cada una
el tiempo que veamos conveniente.
Miércoles, día 9. De 10:30 a 13:15. Igual.
Jueves, día 10. De 10
a 13:15. Este día ya alcanzamos el horario habitual y trataremos de
recibirlos a la entrada, sin necesidad de que vosotros paséis a la guarde. Ellos intentarán que entréis, entonces les explicaremos que "hoy mamá espera fuera". Ya veremos lo
que pasa y os comentaremos sus reacciones.
Viernes, día 11. De 10
a 13:15. Igual que el día anterior.
Las familias que hayan solicitado otros horarios, ya pueden
disponer del tiempo que necesiten.
Esperamos que para este día se haya completado el periodo de adaptación con éxito, pero si en algún caso no es así, se seguirá tratando de manera individualizada.
un buen plan
ResponderEliminar¡Ay, Bea! Disculpa, que no había leído tu comentario.
Eliminarclaro que es un buen plan, da excelentes resultados, conseguimos que la transición del hogar al centro educativo no suponga ansiedad ni malestar para los peques y las familias.
Un abrazo,
Lucía.