sábado, 14 de mayo de 2016

Centro de interés "Los alimentos". Primera parte.

Como este tema es muy largo, lo iré subiendo por partes, para que no resulte muy pesado de leer. Casi cuatro semanas hemos dedicado a aprender sobre los alimentos, y he tratado de que fuera un aprendizaje sobre todo experimental y multisensorial. Lo dijo Arisóteles, “Nada se queda en el cerebro que no haya pasado antes por los sentidos”.

Comenzamos, como siempre, con el mural que introduce cada nuevo tema. Esta vez refleja una familia comiendo, lo que nos da pie para hablar de los alimentos que vemos, lo que le gusta comer a cada uno, el comportamiento en la mesa, los hábitos de autonomía, etc. Estas ideas se reforzarán más tarde a través de los cuentos. 


                         
Hábitos de autonomía entorno a los alimentos y las comidas




Yo presento el mural, dejo que observen, escucho sus comentarios y luego hago preguntas. Se trata de saber de dónde partimos, qué conocimientos previos tienen los peques sobre el tema, y a dónde queremos llegar, es decir, qué queremos que aprendan. Los comentarios son de lo más variado, y siempre relacionados con sus experiencias personales. Por absurdas que nos puedan parecer siempre se valoran sus palabras, pues nos indican por donde van sus intereses.


El mural de la segunda semana representaba un supermercado. Y es que nos había costado un trabajo increíble deducir que los alimentos no nacen en el frigorífico, sino que se compran en el súper, en la panadería (como la del abuelo de Nacho), en la carnicería (como la de la mamá de Ismael), en la frutería, la pescadería... 


Los murales quedan expuestos y ellos de vez en cuando se acercan, observan, evocan, reconocen, interpretan, hablan... Algunos días, alguno de los peques toma mi sitio en la silla y me imita. Me encanta que hagan esto. Es posible que ellos solo quieran jugar a imitarme, pero este juego supone recordar lo aprendido, recuperarlo, reelaborar esa información, encontrar las palabras para expresarla, captar la atención de los compañeros (que, curiosamente, sí que les prestan atención), etc. Resumiendo, supone en refuerzo importantísimo de los conocimientos recién adquiridos y un considerable aumento del input temático.


Mirad, aquí hay tres barras de pan: una, dos y tres


Algunas mamás me habían comentado que a sus peques  no les gustaba el zumo natural y aprovechamos ese tema para hacer zumo de naranja todos los días. Podéis imaginar el entusiasmo con el que acogieron la actividad. Los peques se sentían especialmente interesados en el manejo del exprimidor, ese artefacto que en casa casi nadie les deja utilizar. ¡Qué subidón de autoestima hacer zumo como lo hace mama!


Para mí, un segundo objetivo era centrar su atención en algunos aspectos matemáticos. Así que dispusimos sobre la mesa varios exprimidores y dos medias naranjas para cada niño.
— ¿Cuántas naranjas tienes?— les voy preguntando.
—Hay dos—contestan los peques observando sus mitades.
—¿Seguro? ¿Son dos o una naranja?—pregunto yo.

Se quedan mirando, pensativos, tratando de dilucidar la respuesta. Entonces cojo las dos mitades, las junto y reconstruyo la fruta. Ellos me imitan y hacen lo mismo, unen y separan las dos partes una y otra vez. Parece que intentan buscar una respuesta a través de la manipulación. No imagino lo que puede estar pasando por sus cabecitas. Si es una sola naranja, ¿cómo es que ellos ven dos partes? La trasformación de la materia aún no es fácil de comprender para ellos. Al final uno de los peques dijo:
—Es una así (une las dos mitades) y dos así (las separa)— y lo dijo con tal convencimiento, que solo le faltó añadir “y punto pelota”.
— Y ahora están vacías— me dijo al momento mostrando las mitades ya exprimidas.


                   
                ¿Es una naranja o son dos?                             Hay mucho zumo y las naranjas están vacías















Después hay que servir el zumo en los vasos, y ¡ojo! esto de trasvasar líquidos no es tan fácil como parece. El trasvase de líquidos es una actividad muy presente en la metodología Montessori, que requiere poner en escena diferentes habilidades: sopesar el recipiente grande y en función de su peso inclinarlo más o menos para conseguir trasladar el líquido sin derramarlo, liberar una mano para sujetar el vaso, etc . Cuando la jarra está muy llena necesitan ayuda, cuando va quedando poco zumo ya lo hacen solos...


Servir el zumo sin derramarlo



Y seguimos con otra actividad de tipo matemático, que tiene como objetivos principales la comparación de cantidades y formas. Es el taller de pizzas. Se puede decir que un niño no ha asimilado una forma determinada hasta que no es capaz de reconocerla en elementos del entorno. Por ejemplo, en clase tenemos un reloj cuadrado y otro redondo y ellos saben diferenciarlos, o eligen si quieren comer galleta redonda o cuadra, o razonan que un objeto es redondo o no si consiguen hacerlo rodar o no, etc. En esta ocasión haremos pizzas de diferentes formas.

Previamente he recortado las masas para lograr tres formas y las he colocado en su envase original. Ellos están habituados a ver las pizzas de forma redonda, por eso cuando me ven sacar las cuadradas y triangulares se quedan muy sorprendidos. Pero al momento reconocen cada una de las formas y las relacionan  con las plantillas que tenemos en la pared para repasar con el dedo.


Pizzas con forma de círculo, cuadrado, triángulo



Empezamos nombrando todos los elementos que nos hacen falta para realizar la actividad y a medida que vamos  desarrollando la tarea la vamos verbalizando: “esto no es un frasco, es un envase de cartón,  se llama tetrabrick. ¿En casa teneis?”  “ Síííí, la leche, el zumo, el vino…” ¡Ja,ja,ja!¡De cuantas cosas nos enteramos! 
"Ahora vamos a cortar el jamón". Me interesa especialmente esta operación, que observen cómo  un trozo grande de jamón se puede trasformar en muchos pedazos pequeños. Esto de la trasformación de la materia es  algo que nuestros peques aún  no están en la edad de comprender, pero mientras tanto van preparando el camino a través de este tipo de experiencias. Lo mismo sucede con el queso, que al rallarlo “desaparece”.


Un trozo grande se convierte en muchos pedazos pequeños


El queso "desaparece" al rallarlo
















También tienen que formular sus propias hipótesis, cuando pregunto si ya tienen suficiente queso rallado para cubrir la pizza,  unos contestan que sí y otros que no. Despues, a la hora de repartirlo por encima de las masas  comprobarán si han acertado o no.  


                       
Repartimos el jamón y el queso... y comprobamos que hay suficiente cantidad.


Toda la tarea se desarrolló con mucho entusiasmo por parte de los peques. Había que  cooperar para rayar el queso, cortar el jamón sin cortarse los dedos, compartir las tablas de cortar, ponerse de acuerdo para extender los ingredientes, para llevarlas  al horno… Y  todo lo hicieron sin disputarse el turno o los utensilios, sin tirar las cosas ni ensuciar más de lo normal, picoteando de aquí y de allí, probando el tomate, el jamón…Era tanta la excitación  que al terminar ya querían comerse las pizzas, sin esperar a hornearlas. Las llevamos al horno de la cocina y mientras se cocían la espera fue…¡Qué nervios!

Bueno, hicimos seis pizzas y no quedó nada de nada. Comieron con tal fruición como si nunca las hubieran probado. A todos nos supieron a gloria. Y es que... compartir la comida después del esfuerzo es una delicia.  

Finalmente llevamos los cacharros al fregadero y limpiamos las mesas. Este día un ambiente especial se respiraba: de disfrute, de fiesta, de cooperación... De verdad que no parecía mañana de viernes. 


Llevamos los cacharros al fregadero y limpiamos las mesas



Realizamos también actividades para potenciar el pensamiento lógico. Unos días son adivinanzas y otros es discriminación visual: en una bandeja  presentamos diferentes objetos  y se les pide seleccionar aquellos que se utilizan para comer.  Parece algo sencillo pero no lo es, sobre todo porque cuando haces la pregunta los peques, de alguna manera se sienten evaluados, y, a veces,  dan la respuesta  sin pensar, solo a ver si aciertan.  Otro día tendrán que agrupar cucharas y cubiertos según el material de que están hechos, plástico, madera o metal.

Señalar los objetos que utilizamos para comer.

Bueno, por hoy vale. En breve subiré lo que aún queda por narrar de este centro de interés.


2 comentarios:

  1. Seguro quede esta sale algún pizzero. Se lo pasaron pizza! Y con zumito.

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  2. Supongo que estas pizzas serán las más ricas de cuantas hayan comido por haberlas hecho con sus propias manos. Con esta actividad les has mostrado el sentido de la cooperación y han disfrutado con ello, cual fiesta, mas también creo que les has enseñado la satisfacción y el disfrute que da el esforzarse y hacer las cosas por uno mismo. A mí también me supieron a gloria estas pizzas de diferentes formas. Besos, Lucia.
    Tania

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