jueves, 4 de junio de 2015

La primavera. Nuestro jardín.


La actividad estrella del centro de interés La primavera es la elaboración de un mini jardín. El objetivo es potenciar el respeto y  el cuidado de la naturaleza, la observación de procesos naturales y el fomento de la responsabilidad, al tener que hacerse cargo del “cuidado” de una planta.

Otros años colocábamos las plantas en tiestos, pero a veces los peques las tiraban, por lo que este curso decidí plantar en tierra. Así que lo primero que hice fue preparar un pequeño rincón al fondo del patio, cavarlo, escardarlo y dejarlo preparado para sembrar. Al día siguiente ya se dieron cuenta del cambio, preguntaron qué era aquello y quien lo hizo, y eso fue lo que me dio pie para iniciar el proyecto.

Pedí a los papás que cada niño trajera una planta y si podía ser alguna olorosa. Y la respuesta fue increíble, porque a los dos días ya teníamos un montón de plantas olorosas. 
Las dejamos unos días en el aula para observarlas directamente y para hacer un pequeño experimento: todos los días las regábamos excepto una, la planta de té,  para comprobar qué pasaba. (Ruth, no te preocupes que no se nos murió) Y la respuesta la dieron ellos:  se ponen tristes”, “las hojas se agachan”. 
Así, ya pudimos fijar la primera idea: las plantas necesitan agua. 
                                                               
La planta esta triste

Echamos agua en el platillo correspondiente y al cabo de un par de horas  volvimos a comprobar que la plantita "se había bebido el agua" y "estaba alegre". 
Lucía me preguntó cómo se la había bebido y entonces sacamos el cepellón del tiesto y les enseñé las raíces, explicando que las plantas comen y beben por las raíces. Pero ella no debió de quedar  muy convencida porque dijo en voz alta:  no tiene boca.  

Otro día escondimos una planta en el cuarto trastero, y la dejamos allí unos días. Cuando fuimos a verla, pues claro, sin luz y sin agua, estaba hecha un pingajo. “También está triste”, comentaron los peques. Y esto me sirvió para fijar la siguiente idea: las plantas necesitan la luz del sol. 
¿Qué podemos hacer? 
Ponerla en la ventana— sugirieron. 

Buena idea, si señor. Pero mejor llevarlas al exterior. Poco a poco fui guiando los comentarios hasta llegar a la conclusión de que  lo mejor era plantarlas en el patio.  Y eso fue lo que hicimos. 

Pero antes había que ponerles nombre. No penséis que  organizamos un bautizo ecológico, no. Expliqué que las plantas también tienen un nombre y que teníamos que investigar, para saber cómo se llamaban. 
Llevé de casa unos libros de jardinería (Precioso regalo de Vane y Ana por mi cumple) y nos pasamos un buen rato ojeando y hojeando. Lucía la peque cada vez que encontraba una flor de color rosa decía que esa era la suya y me pedía que leyera cómo era su nombre, y Marcos hacía lo mismo con las amarillas. En fin, que según ellos todas las flores de color rosa son petunias y todas las amarillas son  tajetes.

Bueno, pues como ya sabíamos los nombres hicimos  unos cartelitos pequeños para identificarlas. Yo lo escribí con rotulador y ellos lo pintaron. 

      


 












Y, ¡qué sorpresa! Resultó que la Petunia  tiene la letra P de Papá. 
Y la Menta la letra M de Mamá. 
Y el Tajete la T de Teresa, y la Lavanda  la L de Lucía. 
—¡Y otra de Teresa!, gritaba Ángel entusiasmado al pintar la tarjeta del tomillo.  
La apoteosis llegó cuando le dejé pintar el cartelito de la Albahaca, que esa sí que era la letra de Ángel, de verdad de la buena. Mi niño saltaba de alegría. Y aunque la planta la trajo la madre de Jorge, hubo que asignársela a él, porque para eso era la de su letra. No os imagináis el entusiasmo que tuvo toda la mañana. 
Al final,   plastificamos los minicarteles y se los colocamos a los tiestos.

Llegado el momento de trasplantarlas al patio les dije que necesitábamos herramientas para hacer un hoyo, y enseguida sugirieron "pues las palas y rastrillos del arenero".  
Al final lo hicimos con pequeña herramienta de jardinería que ya tenemos en la guarde, y ya os podéis imaginar lo que pasó: 
Yo, lo hago yo. 
No, yo. 
Yo quiero. 
No, yo primero. 
No, primero yo…

Y es que eso de hurgar en la tierra... ¡es un placer increíble! 


 


Y este fue el resultado:

Nuestro jardín, lo cuidaremos todos los días.



La tercera idea que nos quedó clara es que las plantas también necesitan tierra. 

Con estas tres ideas hemos confeccionado un mapa conceptual para fijar mejor estos aprendizajes. Lo tenemos colocado en la pared, de forma que podamos refrescar estos conocimientos en cualquier momento. 





A la hora de regar fue cuando surgió el problema: cuatro regaderas y ocho niños, el que cogía una no quería soltarla… por eso hubo que pedir que trajeran una regaderita de casa. Así cada niño tiene la suya propia y, además de regar, a la hora de recoger, tiene que hacerse responsable de guardarla. 
Pues eso, que todos los días regamos nuestro jardincito. Yo saco la regadera grande llena de agua y les voy echando en las suyas de poco en poco para que no se me pongan pingando. Y, ¡ale!, ¡que las plantas tiene mucha sed!


Las plantas tienen sed
Aquí hay tres regaderas, yo las cuento.
















Las regaderas nos han dado pie para repasar algunos conceptos matemáticos: 

  • comparar el peso (cuando están llenas) de la regadera grande con las pequeñas, 
  • la cantidad de agua, (mucho- poco)
  • la cantidad de regaderas,  una regadera grande y muchas pequeñas, (uno-muchos)
  • también podemos contarlas (solo hasta tres)
  • hacer filas largas y cortas, 
  • e  incluso clasificarlas por colores: hay dos amarillas, dos azules, tres verdes...

También aprendimos que la persona que cuida las flores se llama jardinero. 
E hicimos ejercicios de segmentación silábica con los nombres de nuestras plantitas, algunos nombres eran muy fáciles de decir, como el té, pero otros eran muy difíciles como albahaca u orégano. (Pinchad aquí, para enlazar una entrada del blog antiguo donde explicaba lo que es la segmentación silábica.)


Aún nos queda por realizar dos actividades muy interesantes: 
- sembrar lentejas en vasitos con algodón húmedo y una vez nacidas trasplantarlas al mini jardin, y
- realizar talleres sensoriales con las plantas olorosas.

En cuanto las hagamos, subiremos todo al blog.

2 comentarios: